viernes, 20 de enero de 2012

Nº 2: Acerca de algunas emociones arrancadas, flores suaves y un amanecer cualquiera.

Introducción: Declaración de principios y finales.

Llego el momento de subir la segunda publicación y siento que antes de realizar esta tarea deberé verter breves consideraciones con respecto a alguna cuestiones que han ocurrido en estas últimas dos semanas.
En principio, agradecer a quienes por diferentes medios han hecho llegar su buena vibra hacia este proyecto de VERSOS ENDEBLES, entendiendo la razón de la publicación en internet en vez de la tradicional publicación en soporte papel, pero además también avalando la publicación en un blog sin las limitaciones, por ejemplo, de una red social. Gracias.
Por otra parte quiero dejar en claro mi posición con respecto a temas que fueron advertidos desde nuestro primer post y que hace dos días fue difundido por muchos medios de comunicación. Se trata de la libertad del arte. Un congreso, el de los Estados Unidos o el que sea, no puede, no debe, atentar contra el flujo del arte en el mundo. Y no deben utilizar falacias para defender los intereses de las corporaciones intermediarias que lucran con el arte; no pueden decir que les preocupa los derechos de los autores, de los intelectuales, cuando son las mismas compañías que le dan al artista entre un 2% y un 8% del total de las ganancias. Y muchas veces un autor no sabe cuántos ejemplares ha vendido en realidad, y debe arrodillarse ante los poderosos empresarios del mundo del arte. Por eso hay que apoyar a proyectos como el de Orsai.es o ver lo que ha hecho la banda RADIOHEAD; ellos pusieron a disposición, en su sitio web, su último disco y cada quien depositaba la cantidad de dinero que consideraba que ese disco valía y si no le parecía valioso como expresión artística al internauta o no contaba con los medios para poder pagar, lo podía bajar gratuitamente. Por supuesto la recaudación para la banda fue mucho mayor que con la compañía discográfica.
No se trata de robar la autoría, eso no corresponde, pero sí que cualquier persona de cualquier lugar del mundo pueda tomar una expresión artística y disfrutarla o evolucionarla o no, desmenuzarla o transformarla, mientras mencione de quien era la obra original no debería haber ningún inconveniente. El arte se escalona. Pintores, músicos, escritores, dibujantes, diseñadores, dj’s, y también quienes no se dedican al arte; todos y todas somos los libros que hemos leído, la música que hemos escuchado, las películas que hemos visto… cada uno de nosotros debería pagar derechos a estos autores por cada idea escalonada en una expresión artística anterior?.
Y entonces dejo mis preguntas, amig@s. ¿El arte existe para enriquecimiento de intermediarios que viven como magnates sin realizar producción artística alguna? O ¿El arte existe para enriquecer a una sociedad global que día a día necesita más de él para que las nuevas generaciones se desarrollen en sensibilidad y en valores que solo el arte puede brindar?.
Yo estoy convencido de que la respuesta es la última, pero debemos bregar para que fluya libre, gratuitamente, reconociendo a sus artistas y respetando directamente a quienes le dan el mejor combustible a una sociedad.
Cuando se ve tanto buitre organizándose para hacer permanecer el pasado, estoy orgulloso de estar parado del otro lado del llano y seguro de estar en el lado correcto. El futuro es inminente y los cambios también. Hay murallas que no pueden resistir…


Escrito Nº 2: Acerca de algunas emociones arrancadas, flores suaves y un amanecer cualquiera.

Expulsado del paraíso,
tras el cristal,
te observo impune,
en el espacio que masacra la noche.

La arboleda embelesa al viento y las hojas a las manos que imploran conmiseración.
Tu cabello indefectible en la osadía no respeta el letargo de las voluntades.
La fragilidad de mis murallas ante la fusión del átomo..

…el clamor…

Luego,
en compás de consternación,
se ilumina el mundo,
y ya, desconcertado,
en huesos, despojado,
caigo deforme sobre mí.


Alan de San Pedro.



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viernes, 6 de enero de 2012

Nº 1: Atardecer.

Introducción: Bienvenidos a mi subconsciente.

Siempre me dio temor mostrar mis escritos. En la adolescencia, momento de mi vida en el que me percaté que solo requería de un cuaderno y un lápiz como únicos elementos para poder sacar de mi interior aquello que me atormentaba, o los primeros dolores de pasiones que tanto músculo dan al desarrollo de cada persona; sentí que solo eran para mis ojos… De mí… Para mí… Luego me di cuenta que estas armas que me exorcizaban también me permitían plasmar mis nuevas fascinaciones, aquellas cosas que me deslumbraban hasta la excitación y todas las nuevas experiencias que me iban enriqueciendo.
Pero como un organismo que activa un mecanismo de defensa y crea un cordón de soldados para evitar ingresar elementos dañinos, casi del mismo modo, yo colocaba un ejército de razonamientos que me prohibían hacer públicos mis escritos, evitando que salieran para protegerme.
¿Proteger qué?. ¿Proteger de quién?.
Pensaba que si una persona leyera la totalidad de mis escritos podría descifrarme, podría saber quién soy. Sería como pasearme desnudo por la esquina de Mitre y Obligado. Sería vergonzoso. Y no sólo eso, sino además con la certeza de no haber realizado aporte alguno a las letras ni mucho menos a la humanidad. Un sacrificio totalmente inservible.
A esta última máxima aún la sigo sosteniendo. Seguramente es exiguo en el mejor de los casos lo que podré sumar a las letras o a la humanidad con mis versos endebles, eso no me desvela; pero lo que ha cambiado en mí es haberme percatado hace algún tiempo que la magia se completaría cuando estos poemas saliesen de mis cuadernos. Solo restaba encontrar el medio…
El medio es éste, el mejor, el más libre. El mejor porque es el más libre. Un blog en la red. Gratis, libre. Para mí y para el lector. Sin editoriales, sin intermediarios.
En esta decisión han sido participes cada uno de los seres maravillosos que me instaron a que hiciera públicos mis escritos, y se los agradezco.
¿Quién soy? El hombre y su lugar, como Tales de Mileto o Nippur de Lagash. Sólo Alan de San Pedro. El hombre, su lugar y su subconsciente...
Hoy tendremos un Atardecer…
Bienvenidos a mi subconsciente; pasen y vean…


Escrito Nº 1: Atardecer

Resuelvo casi inmediatamente tu silueta,
que se deshoja, fatua, en mi presencia.
Me diluyo en la confusión del día,
-miedo infinito al ocaso interminable-
se enrarecen las leyes que rigen al mundo,
las edificaciones se exaltan en abismos,
los colores se glorifican en sombras,
y ensordece, entonces,
el deseo de mi sangre en tus manos,
¿has de matarme otra vez, en este atardecer?...


Alan de San Pedro.



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